martes, 20 de septiembre de 2011

"El Paquete", cuento de Mario Buchbinder

"El Paquete"

Las intermitentes luminosidades generadas por los fuegos artificiales, le impiden tener una percepción precisa acerca de las características de ese paquete. El banco de plaza es reparador, a pesar de la distancia entre los listones de madera. Estar sentado en un parque, claro que era Central Park, en pleno New York, le resulta extraño. Habían pasado años desde que los bancos de plaza dejaron de cobijarlo en esa costumbre adolescente, de habitar de noche o de día, sólo o con amigos, con novias ocasionales o estables, las plazas o parques de Buenos Aires.
Tres semanas habían pasado rápida e intensamente. Podía recordar muchas anécdotas y ninguna. Todo le resultaba sorprendente y nada le llamaba la atención.
Había aprendido mucho acerca de la empresa durante su estadía y seguramente esto implicaría un ascenso. También iba a producir envidia entre sus antiguos compañeros, admiración entre los pibes que recién entraban a la empresa. También disfrutó de alguna que otra rubia de New York, rubia soñada, Peggy... alguna prostituta, pero también soportó la amenaza de negros en patota.
Tiene ganas de volver a su indeseable rutina de soltero, de su vida en Buenos Aires. Comprende que nada puede perturbarlo.
¿Era un hombre tranquilo o hastiado? Una pregunta que comenzó a planteársele, un interrogante persistente, una duda que no sabía si tenía interés en resolver.
La tarde, la anteúltima en Estados Unidos, lo había agotado. Caminó y caminó tanto, como no lo había hecho en las semanas anteriores.
Su curiosidad parecía adormecida. Con ese adormecimiento recorría las calles, las ciudades, el mundo. Lo transitaba, lo vivía desde un sueño, como si considerase que los acontecimientos, las irregularidades, los hechos geográficos e históricos no tuvieran importancia. Transitaba ausente, el destino decidiría, quizás lo inexorable, la inexorabilidad de los hechos.
La curiosidad era suplantada por una eficiencia para resolver los problemas cotidianos y laborales. Posiblemente a esto debía su éxito, su ascenso incuestionado.
Tiene desconfianza hacia su curiosidad, pero a veces ésta lo vencía. Quizá fuera un remedio contra el hastío.
No puede dejar de interesarse por ese paquete ubicado a ras del piso, pegado a la cara interna de una de las patas del banco. No había nadie, aparentemente, interesado en él.
Le impacta la imagen del payaso caminando en el atardecer, seguro en dirección a algún espectáculo, dialogando con palabras y con gesticulaciones de payaso, saltos, flexiones del tronco, movimiento enfático o irónico, con la mujer del mateo que se cruza entre él y el payaso y la imagen recortada y perdida del payaso por el caballo y luego por el carro y luego la imagen distendida, blanda siguiendo al carro, imagen suave en oposición a ese NY intenso, tenso, hiperdinámico, expansivo, musculoso, nervioso.
Ese NY de la Broadway Av. con las oleadas de negros, blancos, amarillos, turcos con vestimentas variadas tratando de desafiar en vano la protrusión, la violación que al paisaje producen los edificios de 60 o más pisos, que rompen con las iglesias, con las casas de hace uno o dos siglos.
NY es invasión, es ruptura, es violencia. Es claro que también es paz, como en esa tarde de domingo, de Central Park, con la gente tomando el último sol de fin del verano, de comienzo del otoño, o caminado por la Quinta Avenida entre esa feria de libros, gente cantando canciones judías, jazz, un violinista tocando un vals vienés acompañado por la orquesta del grabador, con su sombrero de paja y su rostro romántico, tocando y casi bailando, trayendo a la 5ª la Viena de preguerra, la de 1900, la de Klimt ...
Pero por suerte el regreso es inminente.
Se da cuenta que por más desinteresado que estuviera no podría desconectarse de lo intenso de la ciudad.
La luna parecía pedir permiso para asomarse a la vista de los transeúntes, quizás se asomara tímidamente ante la energía que emana de esa masa humana protegida o aprisionada por la cantidad de edificios que suben y bajan, formando miles de figuras geométricas, que recortan el cielo con las escaleras contra incendio de los edificios centenarios. Quizás no es tímidamente.
Los que nos movemos por las calles, somos algo así como gusanos, que apenas podemos mirar el cielo recortado. Proporción de ángulo visual esquilmado. Horizonte perdido.
¿Donde encontrar horizonte?
Quizás en un helicóptero o en un mirador de un piso 90. Pero ahora está solo, pegado a ese paquete, algo le dice que no es basura, que no es una bomba, que parecen ser dólares. Mira hacia los costados. La pareja que estaba sentada enfrente ya se había ido. Trata de divisar entre los árboles. La visibilidad no es buena. La oscuridad parece levantarse del piso, de los marrones y los verdes y una bruma nocturna invade lentamente el parque.
En pocos minutos la noche se apoderaría de la luz.
Toma el paquete, se quita el saco, lo envuelve y comienza a caminar hacia la salida. Siente pasos, mira para atrás y no ve a nadie. Toma un taxi en la 58 para ir al hotel.
La encargada le sonríe de la misma manera que siempre al darle la llave. La deja sobre el televisor. Traba la puerta, coloca el paquete sobre la cama y trata de desatar el hilo. Los brotes están enredados. Toma el cortaplumas y lo corta. Los billetes se desparraman sobre la funda. Instintivamente mira hacia la ventana, luego hacia la cama una y otra vez. Intenta contarlos pero la excitación se lo impide. Puedo notar que son billetes de cien. Agarra una bolsa de polietileno blanca y los mete todos adentro pensando que eso lo iba a tranquilizar. Quizás fuera simplemente sacarlos de su mirada. Deposita la bolsa en el piso al lado de la mesita de luz y se acuesta. Es mucho dinero. Qué iba a hacer con todo eso, qué se iba a comprar ¿Necesitaba algo? ¿A quién pertenecía?
Le queda todo el día siguiente en NY antes de tomar el avión de las 22 para Bs. As.
¿No es peligroso estar con tanto dinero encima? ¿Quién estará detrás de éste?
Se acuesta sobre el cubrecama, con la mirada puesta en los agujeros de las placas que conformaban el cielo raso. Poco a poco se va adormeciendo con las manos colocadas bajo su cabeza. Los ruidos de la calle son muy tenues. Al despertarse por la mañana mira la bolsa como para reafirmar su realidad, que nadie se la había sacado.
Tiene que ir a buscar el desayuno al bar de al lado. Se preguntó si dejar la bolsa en la habitación o llevarla consigo. Dejarla en una de polietileno le parecía bien, pero teme que la mucama viéndola en el piso la tire o la revise y encuentre los dólares.
- Está claro que sólo en Bs. As. me voy a sentir seguro, lejos de esta ciudad.
Tiene dinero suficiente como para cambiar el pasaje y adelantar algunas horas la vuelta. Con tomar diez o quince billetes... Pero lo mejor es no tocarlos, podían estar numerados, ser de algún asalto, algún rescate.
Pide los diarios de los últimos días. Recorre las noticias policiales. Le resulta difícil descartar rubros, dado que a medida que los lee le sugieren posibilidades. Robos, asesinatos, suicidios (falsos suicidios). Drogas. Quizás lo que pudiera descartar fueran accidentes de tránsito. Quién sabe porqué... Se queda pensando... Es un absurdo pero igual habría que cubrir las posibilidades. Lo que aparece como un accidente puede haber sido un asesinato, por ejemplo de la mafia, por un rescate no pagado, un chantaje, o simplemente alguien que tuvo que retirar dinero y que se accidentó y no pudo retirarlo. En ese caso puede estar muerto o en coma o simplemente imposibilitado, o posibilitado y haber llegado más tarde al lugar y el paquete ya no estar. Claro, con tal cantidad de dólares. Nadie deja un paquete así como así ni a cualquiera. Debe haber peces gordos metidos en el asunto, peces gordos que por ahí no entran en los policiales sino en los sociales si es que se nombran. De todas maneras es difícil que me puedan ubicar a mí como el que se guardó los dólares si es que no los uso en nada y por supuesto que no los voy a usar por un tiempo. No sé en qué podría usarlos, en éste momento no los necesito para nada. ¿Para qué me los llevé entonces?
¡Varios atropellados hubo en el Bronx, otro en Greenwich, otro en la 52 y la 6 a las 6 PM. ! Fue llevado en grave estado al San Vincent Hospital. Este puede ser. Podría acercarme y llegar hasta la habitación con algún pretexto. Pero puede ser peligroso. Podría aunque sea averiguar el nombre. ¿Para qué? Por ahí no tiene nada que ver. Pero también puede formar parte de alguna banda, debe estar vigilado por si alguien quiere rematarlo. Mejor no me acerco. NY es una ciudad impensable, con miles de acechanzas, no se sabe por dónde puede venir el peligro.
Toma el attaché y trata de introducir el dinero. Lo pone en pilas. Lo abre y cierra varias veces. Le gusta el aspecto que tiene, como en varias películas policiales que había visto.
Tras la entrega de las drogas entrega el portafolios donde estaban los dólares. Dio una mirada para ver si eran falsos pero no los contó. Cerró el portafolios y se fueron todos rápidamente del lugar en previsión de que llegue la policía. Efectivamente a los pocos minutos y desde distintas direcciones llegan varios patrulleros haciendo sonar la sirena, pero en el galpón ya no quedaba nadie. Sólo rastros de neumáticos de coches. Se preocupan en tomar la impresión pues pueden ser carros robados o alquilados. El protagonista llega luego a la habitación del hotel. Coloca el portafolios sobre la mesa lo abre y decide dividirlo en dos partes. Una seguirá con él y la otra la llevará la mujer en vuelos distintos hacia América del Sur, Río de Janeiro donde se retirará de las actividades. Transitando un pasillo del Metro, mezclado entre la gente se dio cuenta que lo seguían, aceleró la marcha, corrió, pero cuando estaba por llegar al andén desierto los dos lo estaban esperando. Se le acerca uno y con un silenciador le dispara. Sintió el impacto en el centro del tórax. Está por caer, pero desde atrás alguien lo agarra, todo comienza a nublarse y a dar vueltas. Lo depositan en el piso abrió los ojos sabe que es el final, y ve a su mujer con un bolso al lado de su rival, con una sonrisa entre triste y cargada de mucho odio. Quiso decirle algo. Adiós, no te guardo rencor, sabía que así iba a terminar, ese era mi destino, abrió la boca pero sólo alcanza a largar las últimas bocanadas de aire y expira.
La mujer pierde su sonrisa mira a un costado y a otro, quiere abalanzarse sobre el cuerpo muerto aún caliente de quién fue su compañero durante muchos años, pero sabía que estaba a prueba, sabía que no se lo perdonarían jamás y que perdería muchos puntos en la admiración ganada. Dio un paso vacilante, se quedó un instante observando, instante que parece interminable, vuelve a sonreír, con odio y dice: "Te lo tenías merecido por traidor", lo escupe y se va. La última imagen es ella caminando sola con su bolso y el portafolio con el dinero, y la figura achicándose hasta que entra en el metro. The End.
Mira la hora, 7:30 de la mañana, ya debe estar abierto el bar, cierra el attaché. No me tengo que desprender del dinero. Es hora de ir a desayunar. No hay mucha gente en el bar.
Luego sale a caminar por la Broadway. No sabe qué es mejor, si quedarse encerrado en el hotel o caminar. Pero no puede quedarse encerrado. Necesita despedirse de esas calles incluso de los compañeros de trabajo con los que había compartido ese tiempo de trabajo y aprendizaje. Pero parecía tan lejano. Siente que tras el paquete encontrado empieza a vivir otra vida, otras vidas.
Trata de orientarse para llegar a la oficina. Saluda cortésmente, invita a varios a visitarlo en Bs. As. Algunos le dicen hasta pronto con ese castellano de cuatro palabras para turistas. Buena suerte... Trata de quedarse más tiempo en la oficina, pero ya los otros se habían sumergido en el trabajo. Mira los cuerpos comprometidos con papeles, máquinas, con otros, y lentamente se va yendo. El saludo había terminado. Las horas pasan lentamente con su attaché a cuestas. Varias veces realiza maniobras para ver si lo siguen pero comprueba que no es así.
La tranquilidad aumenta como él suponía.
Primero en el avión, luego en Ezeiza, y por último cuando saca las llaves de su departamento.
Lo abre. La luz del sol lo encandila por un instante, cierra la puerta pone la traba, siente un crac y luego nada más.
Una mancha caliente aumenta de tamaño en la nuca mientras una mano enguantada toma el attaché, corre el pasador y parsimoniosamente, cierra la puerta.
Los pasos se pierden en el silencio del corredor.

martes, 15 de septiembre de 2009

Mapas del cuerpo

Mapas del Cuerpo (1)

Este artículo fue publicado en la revista "Actualidad Psicològica" (en Julio de 2009), y es un anticipo del libro "Mapas del cuerpo. Mapa Fantasmático Corporal", que se editará próximamente por la Editorial Letra Viva,y fue escrito por Mario Buchbinder, Elina Matoso y diversos colaboradores.


Dr. Mario J. Buchbinder (2)
Lic. Elina Matoso (3)


Mapas del cuerpo es una denominación genérica de representación del cuerpo, tiende a generar la captura de la apariencia, las sombras evanescentes de las imágenes y procura concretizarlas en la materialidad de una palabra, un dibujo, un color, un sonido o en la acción, por ejemplo, de colocar distintos objetos diseminados en el espacio, con la intencionalidad expresa o no, de asemejarlos a un cuerpo. Búsqueda permanente de una semejanza, una ficción, una aproximación a aquello que emerge, como una metáfora, un subtexto, un relato posible, verosímil, que la persona construye y plasma en un mapa a partir de sus imágenes.
Si tomáramos conceptos de Pierce podríamos decir:" El signo no es signo si no puede traducirse en otro signo en el cual se desarrolla con mayor plenitud" tal vez se lo pueda considerar pionero al advertir que se pueden diferenciar categorías de signos en la imagen, no sólo signos iconos sino también signos plásticos: colores, formas composición interna, textura y signos lingüísticos propios del lenguaje verbal, y es en su interrelación lo que hace a la producción de sentido, “de allí que algunos instrumentos de la teoría semiótica nos permiten discernir acerca del uso múltiple y aparentemente babélico de la imagen.” (4) El mapa es ese otro signo que deja testimonios plenos, abiertos, vislumbrados de signos.
Un sombrero, un chal gris desflecado, un vestido rojo y unos zapatos desparejos sobre una silla, dan pie a un relato, donde se encuentran las marcas, las referencias a un abandono, un recuerdo de herida, un perfume que evoca una caricia. Caminando sobre una soga, resuenan los pasos temblequeantes de la infancia y la sensación del cuerpo perdido en equilibrios. En el mapa se plasma la potencialidad de lo inconsciente, que los objetos y los relatos organizan en la arbitrariedad de lo semejante, lo parecido, lo que no es pero se aproxima.
Estos diseños que se plasman en superficies y espacios diferentes dan forma a una imagen del cuerpo, que por este medio, encuentran un cauce, una determinada configuración capturada en una representación.
Por lo tanto el Mapa Corporal es un organizador del cuerpo, de lo psíquico, de la relación con los otros inter, intra, transubjetiva, resulta así vehículo de comunicación con los demás.
“El cuerpo es la interfaz entre lo social y lo individual, la naturaleza y la cultura, lo psicológico y lo simbólico” (5)
El sujeto, a partir de sensaciones, percepciones, pensamientos e imágenes, a través del encuentro de semejanzas, ficciones, aproximaciones busca aquello que emerge como metáfora, subtextos, relatos posibles, construye y plasma representaciones que conforman mapas, estructuras a las que torna comunicables. De allí que el mapa puede considerarse como texto, juego, personaje, escena, grafismo, objeto, etc. Es un decodificador de sensaciones y percepciones, que a través de la forma que adquiere permite recrear, ocultar y revelar. Este proceso de representaciones que se configuran en una forma es homólogo al de constituir una máscara. El mapa siempre es máscara.
La figurabilidad, la forma que adquiere la fantasmática en un mapa o en una máscara es clave en la constitución de la subjetividad. Base de la relación que se imprime entre sujeto-mundo.

El Mapa Fantasmático Corporal (M. F. C.)

Es la representación consciente e inconsciente del cuerpo, donde se resalta la impronta fantasmática como figuración imaginaria. Es un modo en que se estructura la subjetividad en la relación cuerpo, fantasma y mundo Resalta especialmente la figuración, la forma y/o figura que adquiere el cuerpo en su representación; así como la percepción del mismo y los modos de expresión por medio de los cuales se vehiculizan esas imágenes del cuerpo. El MFC es siempre aproximación y huella, es una impronta de cómo se plasman las representaciones del cuerpo (líneas, colores, formas con intensidades, collages, puntuaciones) Estos Mapas son recortes de escenas sucesivas, de historias vividas. De allí que su denominación especifica sea Mapa Fantasmático Corporal (MFC)

Diferentes Tipos de Mapas.
Era una insólita ocupación
esa de calcar la muerte encima de un mapa,
pero el soldado toma el pretexto del deber, para sublimarlo todo.
Pere Calders


La silueta. (6)



Una de las modalidades más frecuentes de representar el cuerpo es utilizar una hoja de papel en la que se halla impresa una silueta, para que la persona plasme en ella diferentes imágenes.
Esta técnica que es el dibujo de la silueta, la incorporamos como parte de las técnicas que conforman un conjunto que permite visualizar aquello que denominamos como Mapa. Pero el Mapa no es la silueta. Otra modalidad de representación, siempre sobre el plano, es que una persona se coloque sobre un papel amplio o sobre una tela y otro le delinee el contorno con pintura o trazos en lápiz. Al levantarse se ve la representación de su cuerpo en tamaño natural y a partir de aquí se despliega un recorrido fantasmático sobre las zonas del cuerpo, los colores que utiliza, los órganos que visualiza etc……….

• Clínica de la imagen y la escena

La clínica de la imagen define una modalidad de encarar la corporeidad, desde el lugar específico del trabajo corporal dramático con máscaras y sus aplicaciones, El relevamiento del mapa fantasmático corporal, así como el seguimiento y profundización de la construcción de la imagen corporal, sus características y las posibilidades de elaborar un diagnóstico y tratamiento, a partir de la imagen del cuerpo, con la implementación de las distintas técnicas corporales, lúdicas, dramáticas y de utilización de objetos y máscaras.
La clínica de la imagen puede desarrollarse y aplicarse en el campo psicoanalítico, expresivo, artístico y terapéutico, según los objetivos con que se encare esta modalidad clínica.

El Hada Madrina o la Payasa


Esta representación corresponde a Marcela es actriz le gusta hacer funciones para chicos en los barrios. Cuando ella se ve en su dibujo dice “yo soy un hada madrina, un duende o una payasa, así vivo, para mi esto no es un disfraz, esta es mi ropa. La que me pongo para mi trabajo, ese, es un disfraz. Yo vivo entre sueños, la realidad no me interesa, sólo vivo entre las hadas con los chicos” A partir de sus palabras se tornó muy fuerte su mundo de fantasías e imágenes expuestos en el personaje que representa, o el personaje que representa ella interpreta su identidad. Se puede registrar aquí la indiferenciación entre persona y personaje. Hecho frecuente en aquellos actores o actrices que conservan una impregnación en su cuerpo del personaje que representan en escena y les cuesta recuperar la tonalidad de su voz, sus gestos cotidianos, sus vínculos desde otro lugar que no sea desde la escena. Habitan en el “como si” en muchos momentos de su vida. El trabajo corporal con Marcela requirió la sutileza de ir entrando y saliendo “de escena” sin que fuera esto un cruce cuya brusquedad, la desestructurara de tal modo, que la primer reacción corporal resulta encogerse frente al supuesto ataque desenmascarador y en general, lleva a abandonar esta búsqueda de identidad. Estas personas perdieron su cuerpo entre los personajes y en este caso que se había convertido en hada o duende es más difícil aún, porque además hay una corporeidad centrada en lo etéreo, la transparencia, la levedad, como si no hubiera volumen suficiente. Falta carne, pies en tierra, opacidad. El trabajo corporal consistió en reconstruir una imagen corporal perdida en el mundo de las hadas. Personajes que le facilitaran acciones con mayor definición, como terminar el secundario, mantener un trabajo estable, sostener un vínculo de pareja, ya que la “magia” la desprendía de compromisos y crecimientos. El punto de partida fue el personaje, dramatizarlo, hacerlo volar, vestir cual hada, elegir las máscaras para fortalecerlo y luego irle traspasando al maniquí esos objetos. Ver el “hada” fuera de su cuerpo. Comenzaron así muy lentamente registros y percepciones que daban cuenta de una corporeidad borrosa y doliente, con pérdidas de vínculos muy significativos. Cuando adentrarse en estos aspectos la bloqueaba volvíamos a recuperar el hada. La clínica de la imagen y la escena es una trayectoria de vaivén, un ir y volver, ya que el hada es sostenida por una determinada imagen corporal que si se “pierde” o desdibuja es adentrarse en el vacío de imagen. Y el vacío de imagen es un momento de pérdida de identidad que puede dañar más que fortalecer la función yoica de reconstrucción de la imagen.

• Psicoanálisis del mapa. Mapa del psicoanálisis.

La afirmación “Psicoanálisis del Mapa”, interroga al mismo acerca de la dimensionalidad del inconsciente y su dramática, de la estructura fantasmática tensada por las pulsiones y deseos.
Mapa del psicoanálisis” se refiere a las diversas versiones del psicoanálisis en las que se acentúan determinados aspectos, considerando que el mapa del cuerpo se entrecruza con el mapa del psicoanálisis, modificándose tanto uno como otro. En este sentido no es un “mero” juego de palabras sino que reubica una confluencia entre mapa y psicoanálisis.
¿Desde qué lugar de un mapa del psicoanálisis se puede comprehender el MFC?
Desde una lectura de Freud y trabajos posteriores donde el cuerpo, la escena, la máscara y la expresión tienen un lugar destacado. Desde el pasaje del cuerpo de la neurología al cuerpo erógeno, desde la afirmación freudiana de que el yo es eminentemente corporal, desde los tiempos del lenguaje en Freud definidos por Julia Kristeva,
Decimos previamente que la materia del MFC es la intersección entre mundo y fantasmática. El mapa construye una estratigrafía de las fantasías del sujeto que no están desgajadas del mundo. Y la fantasía es el material del sujeto. En ese caso el mapa sería la cartografía de la subjetividad. La subjetividad, es justamente esa constelación, entramado de fantasías y de realidad que en su disposición particular en cada persona lo constituyen como único.
La tardía modernidad con la saturación de imágenes y la búsqueda de uniformidad tiende a destruir la particularidad del mapa; al rescatarlo, intentamos recuperar la singularidad, la autonomía del sujeto.
El psicoanálisis, en este libro, no se hace presente sólo en éste capítulo sino que atraviesa, campea en todas sus páginas, porque esta disciplina es inspiradora de la reflexión acerca del cuerpo, porque los mapas abren zonas del psicoanálisis.


Puertos De Mapa
A que puerto conducirá el MFC
O será un mapa imaginario sin ninguna certeza en la realidad.
¿Presente y futuro asegurado o perdidos en el universo del desconocimiento? Ni lo uno ni lo otro..
El Mapa construye itinerarios de un saber no sabido, de un saber que se construye en acto en la relación con el otro, presencia de la vincularidad, y que se simboliza en relación transferencial en la situación individual como grupal. Lectura compartida opuesta a la lectura oracular, salvo que la contenga.
Otro del mundo interno o externo y/o del transicional



Estratigrafía
De qué estratos estará dando cuenta el Mapa
De las pulsiones, de la estructura del self, de las identificaciones, de la relación mundo externo - interno, de los ejes del cuerpo y de lo socio – histórico - cultural, de lo familiar, de la temporalidad, de las estelas del deseo, de la relación entre lo somático, lo corporal y lo psicosomático, de los mecanismos de funcionamiento del aparato psíquico, de las corazas, del diagnóstico no concretado por los medios clásicos y del pronóstico, de los descubrimientos a futuro de la subjetividad.
Parecen esas enumeraciones de Borges, como las que enuncia en “El Aleph”, de las que se asombraba Foucault y Ecco, enumeración de una infinitud, que para la práctica clínica requiere de una metodología de discernimiento y comprobación.

Complejidad del MFC
El MFC es simultáneamente simple y complejo. Simple ya que su denominación implica el conjunto del cuerpo en mundo interno y el externo. Complejo al tener en cuenta los subconjuntos implicados y la multiplicidad en sus interrelaciones. Algunos de los subconjuntos además de los que nos hemos referidos son los órganos internos, la piel, los sentidos, lo histórico -social, lo cultural, etc.

MFC y sublimación
La construcción del mapa ya es acto de sublimación, especialmente por el pasaje del objeto cuerpo al objeto representacional, social; pero también en el mapa, algunos de los objetos representados, puestos en acto, son aquellos objetos desde los primordiales, las relaciones de objeto, etc. que no siempre llegan al proceso de sublimación.
Partes del psiquismo que se subliman y otros que quedan atados a lo arcaico, de los objetos que no pueden metonimizarse. O sea que no pueden desplazarse en otro y que quedan como la “roca viva”, como “aferrado a un rencor”, dice el tango.
Es claro que la construcción del mapa apuesta, tiende a ese desplazamiento, metonimización, para encontrar otro objeto donde poder remozar su significación, construir otra metáfora. Es el juego entre la metáfora y la metonimia

El enigma del mapa

El mapa es un enigma del cual “el propietario” no tiene respuesta y necesita de otro, el analista, que responda a ese enigma inconsciente.
Plantea una pregunta no consciente que otro debe darle letra y abrir a una respuesta o a otra pregunta.
Cuando Edipo pregunta sobre el culpable de la peste en Tebas, Tiresias, ciego y de doble sexualidad, le dice que él ha matado a su padre y tenido nupcias e hijos con su madre. El mapa había sido previsto por el Oráculo de Delfos y aunque Edipo trata de evitarlo las fuerzas del destino lo llevan a cumplir con el designio. No puede sobrepasarlo. Y esta es la estructura de la tragedia.
¿Por qué entender la profecía como un mapa? En este caso el mapa define el futuro de un sujeto.
¿En el MFC de un paciente está definido su futuro? Como diría Lacan, no es una mántica, una adivinanza, pero define las condiciones de posibilidad de los acontecimientos de un sujeto, no en el orden de la profecía, sino de las probabilidades. Dado que en el mapa se condensan las estructuras de la contemporaneidad, de lo generacional y lo transgeneracional. Es un condensado de la memoria de un sujeto. El mapa de la familia permite dar una sinopsis de la estructura familiar

Después de siete años.
Un señor se comunica telefónicamente después que han pasado siete años desde una ciudad del interior del país. Nos recuerda su participación en un taller dentro de un Congreso de Psicoterapia, al que habían asistido alrededor de setenta personas. El objetivo era que cada participante reflejara su imagen corporal en la silueta dada como base, al mirar al azar uno de los mapas observamos que una persona había marcado una mancha en la cintura, que nos llamó la atención por la forma y el color. Le preguntamos si la relacionaba con un dolor y respondió que no. Cuando se comunica telefónicamente, agradece ya que motivado por la pregunta que le habíamos realizado, o por la marca impresa en el mapa, cuando vuelve a su ciudad consulta, le realizan un análisis de esa zona, y ante su asombro, comenta que le habían descubierto un incipiente cáncer de riñón, que el motivo del llamado era para agradecer que se había detectado a tiempo y que tuvo una buena evolución.
¿Fue una profecía o un simple interrogante que despertó un alerta que llevó a un diagnóstico y a un certero tratamiento?


Notas:
(1) Este artículo es un anticipo del libro, Mapas del cuerpo. Mapa fantasmático corporal, que se editara próximamente escrito por los autores y colaboradores,. por la Editorial Letra Viva.
(2)Mario Jorge Buchbinder
Médico psicoanalista y psicodramatista, escritor. Es fundador y director, junto con la Lic. Elina Matoso, del Instituto de la Máscara.
(3)Lic. Elina Matoso
Directora del Instituto de la Máscara
Profesora Titular U.B.A.
Rectora de la Carrera Terciaria Oficial de Coordinador de Trabajo Corporal
www.mascarainstituto.com.ar
www.lebretonenargentina.blogspot.com
(4)Joly M: Introducción al análisis de la imagen La Marca 1993.
(5)Le Breton,D: La Sociología del cuerpo Nueva Visión 2002.
(6)En el Instituto de la Máscara comenzamos la investigación teórica y práctica del MFC desde 1975.